Millennials: el lado bueno de la moneda.

En los últimos cinco años el tema de los millennials se ha vuelto tema de guerra para todo el mundo, aparentemente. Yo realmente sigo sin entender el por qué se ha llegado a “satanizar” a esta generación, que es solamente eso, una generación.

Los millennials han sido tachados muchas veces de haraganes, cómodos, entre un montón de adjetivos más que no vale la pena repetir. Y hace unos días encontré un artículo interesante de un blog guatemalteco donde hacían un versus de la generación de los Baby Boomers y los Millennials, donde me llamó demasiado la atención una de las percepciones de un Baby Boomer, se los dejo textualmente:

“Groseros, egoístas, engreídos, fuera de contexto, no respetan a la autoridad, difíciles de tratar, desenfocados, quieren vivir como reyes sin mover un dedo, creen que todo lo merecen, se quieren ir temprano, no entienden cómo funcionan las cosas en la vida real, creen que todo es fácil, se la viven viendo el teléfono.”

¿Realmente tienen esa imagen de nosotros? Creo que no todos los millennials somos ese tipo de persona, hay demasiadas cosas buenas en esta generación que nadie habla, un lado de la moneda que es más fácil no hablarlo para algunos, más que todo para aquellos que no quieren ver crecer a los más jóvenes. Aquí, no vengo a ser la heroína del cuento, pero sí lo hablamos.

Somos una generación mejor y más preparada.

Jamás ha existido una generación con una tan alta de estudios superiores, más de un 34% de los millennials ya poseen un título universitario (no me lo inventé yo, lo dice Endenred de México), esta generación tiene un proceso educativo de formación continua, no solo basta un título universitario, lo que los hace personas más especializadas y adaptables al cambio.

¡Bendito multitasking!

Cuando se consigue trabajar de una manera eficaz haciendo varias cosas a la vez, tenemos ganado al menos la mitad del éxito de nuestro trabajo. Los millennials tenemos para bien o para mal la habilidad de ser multitareas, podemos ahorrar tiempo, ser más productivos, lograr más proactividad dentro de nuestros trabajos y poder asumir más responsabilidades.

Somos más sociables.

Al menos un 88% de los millennials tenemos perfiles en redes sociales, datos según Forbes, lo cual hace posible y fácil un proceso de comunicación, que es una parte íntegra del desarrollo de las personas. Podemos opinar, compartir, consultar e incluso ser críticos en lo que nos gusta y lo que no.

Somos menos conformistas.

Las prioridades en las generaciones han cambiado, y los millennials se han vuelto cada vez más visionarios, prefieren desarrollarse profesionalmente, emprender en sus sueños, ser felices y sentirse plenos con ellos mismos. Más allá de complacer a otras personas, han aprendido a escuchar qué es lo que quieren y luchar por ello.

Al final, solo puedo decir que nuestro tiempo ha llegado, somos la generación que tiene y tendrá por un buen rato la fuerza laboral del mundo. ¡Seamos esta cara buena de la moneda!